Nos percibimos a nosotros mismos como cuerpos, pero el cuerpo tiene límites y mientras nos percibamos así no seremos libres.

 

Nos percibimos a nosotros mismos como mentes, y la restringimos a vivir en un cuerpo, mientras nos percibamos así no seremos libres.

 

Nos percibimos a nosotros mismos como un cuerpo y una mente.

 

La mente es libre cuando deja de verse a sí misma  como que está dentro de un cuerpo.

 

Si no fuera así la mente sería vulnerable.

 

¿A quién sirve tu mente?

 

 

Una mente libre transciende el tiempo y el espacio.

 

La alquimia humana o alquimia espiritual

 

La maravillosa transformación y evolución del ser humano.

Normalmente es un proceso buscado (aunque en un principio quizá la persona no es consciente). Es un proceso constante, sabio e inspirado; donde la persona ególatra transforma  sus sentimientos inferiores en superiores, o menos nobles por otros más elevados.

El alquimista busca el despertar de su conciencia y una transformación consciente.

 

Con la transmutación y transformación de sentimientos surge el amor por los otros, la vida cesa de ser un entresijo y al fin el alquimista experimenta la paz y serenidad  del espíritu.

 

Hacemos infinidad de planes y calculamos estrategias para controlar nuestra vida. Cuanto más controlada la tenemos más segur@s nos sentimos. Esa es la verdad de casi tod@s.

Pero no es posible controlar nuestra vida. El suceso imprevisto nos acontece a tod@s.

 

Si dios quiere haremos esto o aquello”, escuché decir siempre,

y hay algo de verdad en esta frase, o esta otra: “el hombre propone y dios dispone”.

 

El sentido de estas frases es el mismo que cuando hoy hablamos de dejarnos fluir con los acontecimientos de la vida, ya que al final será lo que tenga que ser. O que el momento presente es el resultado de los hechos del pasado, acción-reacción, pues nos damos cuenta de que no controlamos nada.

 

Es verdad que a este mundo lo rigen unas leyes.

El Kybalion, la Biblia y la ciencia nos hablan de ellas, nos hablan del principio de causa y efecto. Pero de vez en cuando algo deja de funcionar así, y suceden los milagros para los que tienen fe. Otros ven esto como un fallo en la matrix.

 

Algo en mí me dice que poco tiene que ver esto con Dios; al menos no con la fuente de la vida en la que yo creo.

No creo en un Dios que juegue a los dados con su creación.

 

Seguiré escuchando, sintiendo, sé que la VERDAD es otra. La fuente de la creación no se divierte incapacitándonos, imposibilitando nuestros planes.

 

Sé que la VERDAD no tiene que ver con este mundo de sueños e ilusiones; de teatros y de actores. Nos contaron medias verdades y ninguna.

 

 

Yo creo en un mundo donde nuestro poder es único, donde rigen otras leyes que no son las limitaciones. Donde el AMOR busca compartir y compartirse así mismo.

Yo recuerdo un mundo, y su recuerdo brilla cada vez más puro.

 

Quizás ese es el cielo del que tanto nos hablaron y no hay que morir para vivir en él. Quizás podamos corregir cualquier error vivido precisamente porque no es cierto, ¿y por qué no?.

Quizás si transcendemos el ego podemos iluminar la oscuridad con la luz.

 

Sé que hay un mundo donde no son necesarios los “milagros” porque todo ese mundo es ya el “milagro”.

 



Tumbada en la cama y en profunda paz, mi mente se detuvo en la ventana. Captó mi atención una avispa que sintiéndose  prisionera en el interior de la habitación, quería salir hacia afuera.

 

Con los cristales medio abiertos, ella pensó que le impedía el paso la mosquitera. Su falsa apreciación la limitaba otorgándole poder a la ventana en lugar de a sus alas.

 

Totalmente presente la observé en profundo silencio.


Una y otra vez hacia el mismo recorrido. La avispa se volvía al llegar al borde de la mosquitera. ¡Justo ahí estaba su liberación!. Ella no se percataba y se volvía; una y otra vez para poder salir.


Me sentí compasiva con la avispa y decidí abrir más la mosquitera, Ya que según ella esta le impedía el paso, y no es que me lo hubiera dicho, sin embargo sentí su agotamiento e irritabilidad.


La avispa me volvió a sorprender. ¡Había una abertura de más de una cuarta!, pero al llegar al borde de la mosquitera ella repetía la misma acción.

No se percataba de que era libre, ¡que nada le impedía salir fuera de la habitación!; y volvía a intentarlo, para nuevamente volver hacia el cristal y de nuevo hasta el borde de la mosquitera.


Mi mente dejó de prestarle atención y sucumbió al pensamiento.


No somos más inteligentes los humanos que los insectos cuando una y otra vez repetimos aquello que no queremos, lo que nos incomoda y no nos hace felices. Cuando nos aprisionamos con leyes que un día inventamos y nuestras falsas apreciaciones nos hacen como a la avispa, ver como real lo que no es.


Le cedemos nuestro poder a lo imaginario, cuando nuestra mente es cautiva de los pensamientos del pasado.  Cuando nuestras costumbres se hacen normas impuestas para nosotros y por nosotros.


Tenemos que comprender y cambiar para no repetir los mismos patrones de conducta, pues al igual que la avispa nos esforzamos mirando pero sin ver.


Un consejo; ¡aceptemos que esto ocurre! mientras nos esforzamos por no ser condescendientes con los enredos de nuestra mente. Sigamos intentándolo hasta que logremos el dominio, y mirando; veamos


Veamos y comprendamos para siempre "que somos los amos de nuestros destinos y los  capitanes de nuestras almas".


                                                                                                                                                               
                                                                                                                      Inmaculada Zamorano

 

 

 

¿Quién eres tú?

 

Hay una fuerza mental y unos patrones de conducta en cada persona que nos impulsa y nos conduce a actuar, a ser como somos. Esto condiciona todo nuestro sistema de creencias y este sistema de creencias a su vez retroalimenta nuestros patrones de conducta.

 

Creemos saber quienes somos, hasta el día en que las circunstancias de nuestra vida cambian,

y nos perdemos. Es entonces y gracias a eso que empezamos a soltar creencias y buscamos en otras fuentes de conocimiento, necesitamos seguridad y la búsqueda se hace inevitable.

 

Si esto te ocurre alégrate de tener que buscar, quizás ahora es el momento de saber quién realmente eres.

 

 

 


 

 

¿Tenemos libre albedrío?

 

He oído una diversidad de opiniones respecto al libre albedrío. Yo misma también he tenido mis dudas respecto a ello.  ¿Quién lo sabe?.  Para mí todo comenzó  un día  de dudas, un día de cuestionarme, un día en que la verdad conocida no era clara, y decidida a encontrar una verdad más limpia, más verdad  y a profundizar en el tema  me fui lúcida a la biblia.

Por años mientras la  estudiaba se me indicó que “Dios” otorgó a los humanos de libre albedrío. Mi seguridad era casi total, creía  haberlo leído, pero mi sorpresa fue tan grande como mi descubrimiento, ya que en ninguna parte de la biblia habla del libre albedrío. Si de la libertad, pero de una libertad muy relativa.

 

¿Qué se quiere decir cuando se habla del libre albedrío? Bueno, se nos está  indicando la libertad de poder tomar decisiones o elegir en cada momento de nuestra vida. Elegir lo que queremos.

 

Seguí investigando y aunque  hay un sinfín de textos bíblicos donde se no da a entender que los humanos tenemos libertad; en ninguno se nos dice que tengamos libre albedrío. Se puede deducir de los textos bíblicos, solamente eso.

 

También pude darme cuenta  que respecto a este tema, la variedad de opiniones es bastante más numerosa  de lo que yo siquiera imaginé. Observé que está la creencia de cada individuo respecto a la moral. Asimismo existe la creencia de lo que dice la ciencia, las religiones, que dicho sea de paso, difieren entre ellas. Lo que opina la física cuántica etc. Para mí fue una sorpresa descubrir la variedad de opiniones y argumentos en este asunto.

 

¿A qué conclusión pude llegar? Dejadme que os cuente un poquito más de lo que investigué y de lo que yo siento. Veamos a continuación empezando por la biblia. Génesis 2:16.17 nos dice así: “impuso Jehová Dios este mandato al hombre: de todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de el, porque en el día que comas de el, positivamente morirás”. ¿Es esto libre albedrío?

 

Otra referencia bíblica que da prueba, solo como ejemplo. Ya en el nuevo testamento por si alguien piensa que génesis quedó muy atrás. Romanos 6: 23. Dice así:

Porque la paga por la desobediencia es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna. ¿Es esto libre albedrío?

 

¿Pero qué dice el hinduismo la tercera  religión más extendida en el mundo? Esta nos habla de un karma que hemos ido generando según nuestras acciones pasadas, también de un karma que vamos generando en nuestro presente según nuestras acciones del presente, e igualmente nos dice que la casualidad no existe sino la causalidad.

Enseña que lo que ocurre en nuestras vidas es el resultado de elecciones que continuamente hacemos, o que hicimos libremente en el pasado, llamado “causalidad", también  Karma”. No visto esto como algo malo o como un castigo divino, sino como la consecuencia de nuestras acciones. Un equilibrio para compensar nuestros actos o como también dice la ciencia; acción reacción

 

Asimismo investigué las enseñanzas de Buda y son muy similares al hinduismo, pues igualmente en el Tíbet existe la creencia del libre albedrio  siempre teniendo en cuenta el bien común, y por otro lado también existe la creencia de la causalidad. 

 

La física enseña que existen leyes universales que funcionan para todas las personas por igual. Leyes que son inviolables, y nadie que quiera permanecer vivo se arroja desde una gran altura pues sabe las consecuencias de ese acto, así mismo sucede con los demás actos de nuestra vida. Cada acción tiene una reacción.

 

Por eso continuo con la pregunta, ¿tenemos libre albedrío? Ahora quizás se enrede un poquito más mi argumento. Se nos enseñó que los seres humanos fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios (utilizo Dios como concepto ya que las creencias son muchas, por eso cuando digo Dios podemos pensar en la fuerza creadora, el yo soy, en el yo superior, la conciencia cósmica, el espíritu etc. Pero estaríamos hablando de lo mismo) así mismo se nos enseñó que Dios está en todas partes porque nosotros somos parte de Dios expresándose así mismo, pero nosotros tenemos grandes límites y ¿dónde están los límites de Dios?

 

La ciencia está haciendo cada vez más descubrimientos en lo que respecta a los límites del ser humano, de nuestro ADN. Igualmente de ese ADN considerado hasta hace poco "basura", y están descubriendo lo extraordinarios que somos como individuos y como raza. Están descubriendo el gran poder del ser humano si ese ADN se activara.

 

Una vez analizado todo y bastante más de lo que aquí expongo llegué a la conclusión de que hay algo que se nos escapa, quizás que no se nos dice. Mi ser me dice que ¡hay mucho más!, veo la misma respuesta en los ojos de las personas con las que hablo. ¡No es que lo queremos!, que por sí solo es ya importante; ¡es lo que sentimos!. Enseguida mi mente y corazón se van a la enseñanza del libro un curso de milagros, a la que cada día le tengo más compresión y me vienen a la mente palabras maravillosas y de un gran poder. Palabras que quiero compartir aquí:

Dios te pide que hagas tu voluntad  pues eso es libertad. A nada más debería llamarse por ese nombre. A menos que hagas tu voluntad no serás libre”.

 

“Si fueses un prisionero entonces Dios Mismo no podría ser libre. Pues lo que se le hace a quien Dios ama, se le hace a Dios Mismo.

 

“Él sólo desea que tu voluntad sea eternamente ilimitada. Este mundo aguarda la libertad que le otorgarás cuando hayas reconocido que eres libre”  UCDM pag 709.

¡Esto si es libre albedrío!. Estas palabras son solo una pequeña muestra de la extraordinaria enseñanza de este libro.

 

También en el se nos dice que estamos experimentando un sueño, que nada de lo que vivimos es real. De hecho es una de sus enseñanzas principales.  Pero no es solo este libro un curso de milagros el que nos dice que estamos viviendo un sueño, las culturas antiguas ya lo sabían y nos lo dijeron. Vivimos en una ilusión, un sueño. Esta vida es un teatro. Oímos de niños o adultos cosas como estas, nos son familiares, pero jamás se nos profundizó en su enseñanza. La misma palabra Buda, una palabra sánscrita,  significa despertar. ¿Despertar de qué? ¿Será del sueño?.

 

Igualmente el propio cristo después de darle vista a un ciego dijo: “obras mayores que las que yo he hecho, ustedes las harán”.

 

 El libro un curso de milagros también nos dice: “Todo lo creado te está agradecido pues nació gracias a tu voluntad. Ni una sola luz celestial podría brillar si no fuese por ti, pues fue tu voluntad lo que las ubicó en el cielo”.

 

Una vez llegados a este punto siento que toda limitación que como seres humanos tenemos y experimentamos está en nuestra mente errada, y que no recordamos quienes somos porque estamos dormidos y soñando, y no será hasta que despertemos del sueño cuando por fin reconozcamos de verdad nuestro libre albedrío y gran poder.

 

 Mientras sigamos dormidos no podemos por lo tanto cambiar nuestras limitaciones y el mundo que vemos, porque no es más que un efecto de nuestros pensamientos y sueños colectivos, pero hay algo primordial que si podemos y debemos hacer, que algún día todos a medida que estemos preparados querremos hacer y haremos; cambiar nuestros pensamientos de forma individual. Crear nuevos pensamientos.


Al cambiar nuestros pensamientos cambiamos la causa del mundo que vemos y por ende sus efectos. Nos escapamos del mundo que vemos. No nos salvaríamos del mundo porque aún continuaríamos en el sueño, pero habríamos despertado dentro del sueño, y nos  escaparíamos de su causa y es aquí donde radica el significado del libre albedrío y de la salvación. 


Podemos escaparnos del mundo que vemos renunciando a nuestros pensamientos, entendiendo que estos no son reales y creando nuevos pensamientos, porque nada de lo que aquí vemos es real.

 

"Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios." UCDM.

                                                                                                    Inmaculada Zamorano

 

 


 

 

 

Y tu mochila rebosada de pena,

por esas cosas que te duelen y que

“hicieron siempre los otros”.

Abandona las cosas

que jamás nadie te hizo.

Y deja de ver lo ilusorio como real.

 

 

 

 

 

Mucho, mucho después del roble te percibí.

 

Como suave brisa impregnándome.

 

Y es que a  veces soy

mi autentico Ser,

 

y a veces me pierdo y me olvido de quien soy.

 

La imaginaria brecha de quien creo ser me abandona,

 cuando me desnudo  de mí.

Comerse el mundo

 

La frase de sus padres que definiría  su estado adulto. Ella era muy niña, pero tan capaz que se comería

el mundo.

Distintas fases de “comerse el mundo”:

Fase 1 o fortaleza: Es cierto, ella tritura los obstáculos. No hay muros que no pueda derribar. Es tan simple y natural para ella como el proceso de comer, digerir y expulsar. (Esto fue tercio de su vida).

 

Fase 2 o hundimiento: El mundo se la quiere comer a ella. Todo cuesta tanto. La vida es difícil y complicada. Una losa muy pesada. (Un cuarto de su vida).

 

Fase 3 o del saber: Hoy se levantó con la frasecita en la cabeza “¡esta niña cuando sea mayor se va a comer el mundo!”, y ella siente: “oh pobres padres si me vieran…..quizás la decepción fuera grande. No hice nada parecido a comerme el mundo, este ni siquiera me interesa.

Y de pronto, ¡como en estado de éxtasis, o canalización! Oye en su mente: ¡SI, SI, SI. Te lo estás comiendo. El mundo, te lo estás comiendo! Y veloz, observa el cuadro de su vida tan perfectamente pintado.

 

 ¡Se está comiendo el mundo!

 

Se está comiendo el mundo, a pequeños y grandes bocados.

A veces digerir estos bocados resulta muy pesado. Pero una vez finalizado el proceso, estas partecitas del mundo desaparecen, se van por la gran cloaca.

 

Ahora es consciente de que hay cosas que  no ve, que no toca, que no siente. Han desaparecido.

 

Las predicciones a veces se cumplen pero hay que aprender a ver desde otro ángulo.

 

Ahora otro mundo se abre ante sus ojos, la hace sentir dichosa, en paz, feliz, y ya no quiere comerse nada. Siente la transformación, el proceso evolutivo y solo desea compartir todo lo encontrado.

 

 


No sé

Me cansé de saber, de querer decidir, de calificar: bueno, malo…¿Y yo que sé?

Vivir en el “saber” cierra las puertas del verdadero conocimiento

¡Todos creemos estar  en posesión del “saber”!

 Este  saber nubla el entendimiento

¿Quién se cuestiona en su saber?

Tú sabes, él sabe, yo sé

No sé

No sé  porque prefiero sentir

No sé sin la ignorancia del niñito

No sé es olvidarme para percibir correctamente

Es el abandono del “saber” qué ensordece la mente

Dejar de "saber” y como  un ciego conquistar la oscuridad

Hacerme a un lado y rendir  confianza absoluta al conocimiento supremo

 



La mente así como los metales puede ser transformada.

 

Cuando los pensamientos no nos dejan vivir en paz  y la sensación de disco rayado no nos abandona, cambiar nuestro estado mental puede parece imposible. La tortuosa mente domina nuestra vida y quizás el miedo dirija nuestra voluntad.

 

Cuando eso  sucede no debemos perder el tiempo intentando acallar pensamientos y sentimientos. ¡Es casi imposible!.

 

La transformación mental es la siguiente: cultivamos la cualidad contraria concentrándonos en el polo opuesto. Esto requiere esfuerzo, necesitaremos esforzarnos tan a menudo como los pensamientos enfermizos se presenten. Vigilando la mente constantemente para estar presente cuando los pensamientos nos acechen e invertir el pensamiento. De esta manera romperemos los hábitos indeseables de la mente.

 

Nuestro estado mental cambiará, porque la vibración cambiará.

 

 

“la mente así como los metales y los elementos puede ser transmutada, de estado a estado; de grado a grado; de condición a condición; de polo a polo; de vibración a vibración”.

El Kybalión.

                                                                            Inmaculada Zamorano


 

El mundo que hemos inventado está cimentado en creencias dementes. Definiciones legales y sus códigos, lo políticamente correcto, castigos, nuestras propias debilidades, culpa. ¿Quién no siente o ha sentido algún tipo de culpa?.Todo ello justifica el temor, el miedo, el sentimiento de soledad, la necesidad de defenderse.

 

Pero sentirte amenazado es el reconocimiento de una debilidad inherente que no es verdadera, y que no es nuestro verdadero ser.

 

¿Se puede tener paz  en estas condiciones?

 

 Sí, si borramos la basura de la mente. Dejando un vacío de lo absurdo para poder ver la autentica  verdad. Porque el amor es verdad y real, la paz es verdad y real, nuestro verdadero ser es verdad y  real, y nos ofrece otra forma de ver el mundo. Un mundo que está más allá de este y  que nuestra mente  santa conoce y se nutre, porque es nuestro verdadero hogar. Un mundo donde vamos vislumbrando la luz, la dicha y la felicidad. Desde el cual el mundo que hemos inventado es liberado.

                                               




Albert  Einstein dijo:

 “quiero conocer los pensamientos de Dios, el resto son detalles”

El resto son detalles porque el resto no es real, el resto procede del sueño.

Del sueño colectivo e individual.

Los pensamientos de Dios, (la fuente de la energía) nunca nos abandonó, de hecho nos pertenece y nos mantiene unid@s a Él.

En nuestra ceguera colectiva no podemos ver, y somos nosotros los que decidimos estar ciegos.

Solo con que queramos dejar de estarlo la visión se nos otorga como nuestra herencia.

 

Hoy se nos concede conocer los pensamientos de Dios, el resto es un sueño.


Vemos y percibimos el mundo a través de nuestros limitantes pensamientos.

 

Nuestros sistemas de creencias dirigen nuestras vidas, nos condicionan.

 

Los ojos no nos dicen la verdad.

 

La luz no nos ayuda a ver.

 

Creemos que nuestra mirada le da luz a la vela que alumbra en la oscuridad.

 

 

La ausencia de lo que no vemos, en cambio, es la realidad de otros.

 

Es su sistema de creencias. Tan limitantes como la nuestra.

 

Es su verdad, su mundo, su fortaleza.

 

Pero hay una realidad mayor y autentica que no vemos.

 

Que tu visión o la mía no alteraran.

 

No tiene que ver con nuestra percepción.

 

Pues es la autentica realidad en si misma.

 

Y en la que un día que ya ni recordamos

 

nuestro ego construyó una gran muralla par no percibir

 

 

 

 

                                                                                          Inmaculada Zamorano

 

 


 

 

Escuchando al maestro interno.

 

 

 

A veces una vocecita, un susurro.

 

A veces un grito.

 

A veces un bramido.

 

El maestro interno se nos revela.

 

 

 

Permite y permítete escucharlo.

 

Hacerlo te ahorrará tiempo.

 

Evitará que deambules de acá para allá en busca de respuestas

 

porque tendrás acceso a la comunicación directa con lo divino.

 

 

 

RENACERÁS; Y ESO, ¡ES EL FINAL DE LAS ILUSIONES!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No lo busques en la mente errada.

 

 

Búscalo en tu corazón.


El miedo del ego a perder la identidad

 

Palabras magistrales para analizar, profundizar  y eliminar los obstáculos que impiden experimentar lo que somos.

 

Los sabios védicos lo expresaban así:

 

 “Cuando la gota de lluvia cae del cielo,

Tiene miedo de perderse en la corriente.

Cuando la corriente se une a otra corriente,

Tiene miedo de perderse en el rio.

Cuando el rio fluye cuesta abajo con gran rapidez,

Tiene miedo de disolverse en el mar”.

 

Un curso de milagros dice así:

 

“tu mente es la que cree en el ego y le otorga existencia.

Sin embargo es también tu mente la que tiene el poder

de negar su existencia.

 

 

¿Qué prefieres ser rehén del ego o anfitrión de Dios?”


“Mi función y mi felicidad son una”.   Inspirado en la lección 66 de un curso de milagros.

 

La función que se nos dio y nuestra felicidad es lo mismo.

 

Esto a veces parece falso,  pues el sufrimiento parece estar  ligado al ser humano.

 

Pero para que lo fuera tendríamos que definir a la divinidad como algo que no es. 

 

La divinidad no conoce otra cosa que no sea felicidad, Y no se puede dar lo que no se tiene.

 

La identidad (persona, ego) quiere ser feliz.

 

E inventa múltiples formas, e  ilusiones  de esto o aquello. ¡Engaños y sueños de felicidad!.

 

Pero seguimos buscando,  porque en nuestra honestidad sabemos que ese no es el camino. Queremos uno que nos ofrezca verdadera paz.

 

Digamos que nuestra mente está dividida en dos partes.

 

Una es la mente recta,  que  es la morada del ser, donde reside la paz.

 

La otra es la morada del ego y está gobernada por el.

 

Estos de hecho, son nuestros dos guías.

 

¿Qué nos impulsan a escoger un camino u otro?

 

Al ego, en batalla continuamente, Le gusta ser el protagonista y orientarnos a ver cuál es nuestra función y la manera de ser feliz.

 

Pero batalla solo, el ego ataca, y el ser no responde.

 

Él sabe cuál es nuestra función. Él sabe cuál es nuestra felicidad.  Sabe que  ambas cosas son lo mismo.

 

Podemos prestar oídos  a la locura, o podemos escuchar y sentir la verdad.

 

                                                                                   Inmaculada Zamorano             

 

 

 


 

 

 

 

 

¿Qué le vas a pedir al 2016?

 

¿Le vas a pedir un cambio?

Uno de los cambios más importantes y el comienzo de un renacer

Es la comprensión de  que el cambio no es afuera

El cambio es adentro del que pide el cambio.

En nuestras propias revoluciones y metamorfosis

Hasta que la oruga se convierta en mariposa.

 

Gandhi decía: “sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”.

 

Comencemos por ahí.

                                                                Inmaculada Zamorano

 

 


 

La creación es la forma en que Dios se extiende así mismo,

y lo que es suyo no puede sino ser de su hijo también.

 

                                                                                                  UCDM

                                                                                                                   


 

 

Cuando parece que el mundo se derrumba bajos los pies. 

Cuando se vive la oscura noche del alma y la confianza y las  fuerzas son tan limitadas que no se extiende más allá de la persona.

 

El temor y la ansiedad hacen mella.

O aun sin tanto sufrimiento, simplemente  cuando las circunstancias no son favorables. En esas situaciones ¿qué decreto o afirmación podemos hacer que nos garantice el éxito de aquello que deseamos?


¿Hay algo en  nosotros que nos capacite para ser consciente de todas las facetas de un problema, reconocer la solución y garantizar el éxito?.


¿Que hay en nosotros que esté libre de ira, culpa, depresión, ansiedad, miedos con sus múltiples caras?; Y la afirmación, decreto o aquello que queremos y  pedimos con vehemencia  ¿no tenga su base en estos sentimientos?

Por otra parte,  como podemos estar seguros de que un tiempo  más tarde después del cumplimiento de aquello que tanto hemos visualizado y decretado,  no nos arrepentiremos, aburriremos o desilusionaremos?.

 

¡Qué impedidos y pequeñitos podemos llegar a sentirnos!. 

Con tantas limitaciones no es de extrañar que nos sintamos  atemorizados sin saber qué hacer y en qué dirección ir.

 

Más allá de enfocarnos en conseguir un deseo con todas nuestras fuerzas;  también con limitaciones, miedos, y falta de datos, podemos mirar en la fuente de toda fortaleza, esa que habita en cada ser humano pero que a veces ocurre que por falta de un reconocimiento no se sabe de su existencia. Es ese lugar donde la paz permanece y es segura, donde nada es imposible. La llamamos universo, yo superior, conciencia, el ser supremo o Dios.

 

Donde cuando ocurre, su reconocimiento es inequívoco pues no se asemeja a nada  externo. Es la paz que sobrepasa todo entendimiento y  es el reino de los cielos que Cristo predicaba.  Allí en ese lugar absoluto, arrojamos nuestra carga, expresamos nuestros sentimientos y simplemente confiamos en esa fortaleza. 

Reconoceremos en ese instante santo, que ya lo tenemos todo.  Que ya somos todo. ¡Que no hay nada que temer!.

                                                                                                      Inmaculada Zamorano

 


Hay unas palabras del maestro Mooji que me encantan; él dice así: “hay una tierra, pero millones de mundo”.

 

Esta hermosa foto en un día de campo familiar me trae a la mente sus palabras. Me atrapan y me hablan:

¡millones de mundos que enriquecedor para el alma!  

y que conscientes y presentes debemos estar para no dejar que millones de egos entren en conflicto.

 

Para respetar los otros mundos que son nuestros hermanos.

Ver su luz y permitir que brillen.

 

Para amarse sin juzgar.

 

Permitirnos y permitir la creación, que es la forma en que la consciencia se extiende.

                                                                                                           

 

                                                                                                              Inmaculada Zamorano

 


Lo importante no es lo que sucede, sino nuestra interpretación de los hechos.

 

Si en este sentido hemos hecho  cambios grandes en nuestra vida  seguramente es porque estamos algo despiert@s, pero si estamos dispuest@s a seguir escuchando al ego y no decidimos  escuchar todavía la auténtica verdad,  aún estamos en estado de ensoñación.

 

Podemos ir mucho más allá, podemos elevarnos por encima de todo, renunciar al ego y abandonarnos en brazos de la creación.

Cuando nuestra conciencia comprende y se nutre de este conocimiento,

elige lo que quiere vivir y aprende a conecta con sus verdaderas necesidades.

                                                                      Inmaculada Zamorano

 

 

 

Aunque los caminos de la búsqueda son

Numerosos,

La búsqueda es siempre la misma.

 

                                                                   Rumi

 

 


El amor

 

El amor absoluto o universal es el sentimiento más elevado del ser humano.

Se accede a él mediante el desarrollo de las cualidades espirituales, 

y se fundamenta con la experimentación de que todos somos uno.

Porque mientras más experimentas algo, más te conviertes en ese algo. 

 

 

Si muestras y desarrollas ese amor, vuelve a ti multiplicado, pues el amor es recíproco.

                                                                    Inmaculada Zamorano  

             


                         


Todos somos maestros

 

En cierta ocasión estaba impartiendo un curso de Reiki y hablando sobre los maestros espirituales, exponiendo mi criterio según mi experiencia vivida desde muy joven, cuando  una de las asistentes al curso me  dijo, “todos somos maestro y a la vez discípulos”. ¡Me encantaron esas palabras, que  bien definía esa frase lo que yo sentía!.

 

A la edad  de 17 años comencé a tener contacto con maestros espirituales, porque necesitaba respuesta; me pasé muchos años estudiando, investigando, practicando etc y aunque reconozco que esto me ayudó mucho en mi desarrollo espiritual, también la experiencia que he ido adquiriendo en estos años me dice que hay que ser prudentes en este aspecto, ya que no todos los maestros son lo que parecen ser, y lamentablemente hay personas ingenuas, que van a ellos en un estado grande de vulnerabilidad, y muy dispuestas a hacer lo que los “maestros” les dicen y que más tarde lo lamentan. Aunque esto no es lo habituar si hay que tener cuidado.

 

Lo más habitual y lo que a mí me hace pararme a discernir; es ver cómo la necesidad espiritual de algunas personas, a veces, las hace ser dependientes de los maestros. Buscan en estos no sé qué píldora milagrosa que les ayude a tener lucidez, sentirse bien, ser felices etc. ¡como si eso pudiera proporcionárselo alguien o algo externo a ellas!. Se requiere un cambio en la mente para así entender, que todo lo que la persona busca no es externo, está en ella, y es en ese cambio donde el maestro puede ayudar si la persona está dispuesta.

 

Así mismo la dependencia es algo que también puede afectar a los maestros. El ego juega un papel muy importante aquí. Puede haber un yo que se sienta necesitado, casi imprescindible por parte del maestro y no lo deje ver su verdadera motivación al darse a otros.

 

El verdadero motivo del maestro espiritual quedó muy bien definido en las palabras de un apóstol de Jesucristo; el apóstol Pablo. En su primera carta a los Corintios, que resumo a continuación; dice así 1ª Corintios 13: 1-5: Si hablo las lenguas de los hombres y de los ángeles y si tengo toda la fe para trasladar montañas pero no tengo amor, he venido a ser un pedazo de bronce sonante o un címbalo estruendoso. El amor no se vanagloria ni se hincha”.

 

El amor debe ser el motor de empuje del maestro espiritual. Y su misión ayudar a las personas que acuden a él, a que desarrollen su conciencia y encuentren en su interior a su propio maestro.

Pero “todos los maestros son también discípulos”, decía la segunda parte de esa frase que tanto me gustó. Sí, la vida está enseñando continuamente a todas las personas y también a los maestros espirituales, ya que igualmente se requieren cambios en la mente de estos, de hecho, la enseñanza que descansa tras lo que dicen les enseña a ellos  y refuerza lo que creen.

 

Por lo tanto, mi discernimiento me dice que está bien por un tiempo, “solo el necesario", prestar atención a ese maestro que con su sabiduría y amor te enseña a dirigir tu mirada, y ver más allá, a medida que vas dejando de ser inconsciente y va surgiendo un cambio en tu conciencia y descubres a tu maestro interno.

                                                                                       Inmaculada Zamorano 

 

 


 

Lo importante no es lo que sucede, sino nuestra interpretación de los hechos.

 

Si en este sentido hemos hecho  cambios grandes en nuestra vida  seguramente es porque estamos algo despiert@s, pero si estamos dispuest@s a seguir escuchando al ego y no decidimos  escuchar todavía la auténtica verdad,  aún estamos en estado de ensoñación.

 

Podemos ir mucho más allá, podemos elevarnos por encima de todo, renunciar al ego y abandonarnos en brazos de la creación.

 

Cuando nuestra conciencia comprende y se nutre de este conocimiento.

Elige lo que quiere vivir y aprende a conecta con sus verdaderas necesidades.

                                                                                 Inmaculada Zamorano

 

 


 

 

Nuestra naturaleza es  espiritual y divina.

 

En una ocasión Jesús estaba hablando con los judíos, estos querían apedrearlo pues él había dicho que Dios y el eran uno y los judíos lo acusaban de blasfemia, le decían: “tu siendo hombre ¿te haces a ti mismo Dios”? a lo cual Cristo les contesta haciendo referencia a salmos 82:6, donde se nos dice a los Humanos “vosotros sois dioses e hijos todos del altísimo”.

 

También un curso de milagros nos dice: “En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la relidad.

                                                                                       Inmaculada Zamorano                                                                      



Nuestro cerebro no hace distinción entre lo que ve y lo que imagina, ya que las mismas redes neuronales están implicadas

 

La física cuántica ha demostrado que para poder crear nuestra realidad, necesitamos saber que nosotros mismos somos todas las posibilidades. Observándonos y centrándonos en lo infinito.

 

Con el conocimiento de la física cuántica entendemos que tenemos la posibilidad de cambiar nuestro mundo, observando  y sintiendo aquello que queremos.

Pensamiento, sentimiento  y acción deben estar alineados ayudando a  que la energía no se disperse y vaya en la dirección de nuestro deseo.

 

Cuando dudamos, dispersamos la energía haciendo difícil la realización de ese deseo. 

“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente,

El subconsciente seguirá dirigiendo tu vida

Y tú lo llamarás destino .Carl Jung.

                                                                                         Inmaculada Zamorano